Nada vlverá a ser como era...

Primera Parte

Todo comenzó un 24 de Junio por la tarde, mientras celebrábamos la fiesta de cumpleaños que me habían preparado mis padres; estábamos todos de juerga y de risas pero me sentía sola como si me faltase algo… Decidí distanciarme un poco y sentarme en unas rocas que daban directamente al mar, donde los pescadores posaban sus cañas esperando a que los peces picasen. De pronto noté como la brisa se hacía más fuerte y más fría, ya no era un aire agobiante de verano, si no más bien parecía una brisa de otoño, como pensé por un instante: “¿Por qué hace un buen día si yo no estoy bien? Me encuentro al lado del mar, la roca sobre la que estoy posada siente que estoy triste, ¿Por qué…?”

Últimamente me sentía muy baja de moral y mi familia, amigos y padres seguro que lo notaron y por eso me hicieron la fiesta, estaba segura, a pesar de que nadie me lo había dicho, mi primo Víctor se sentó a mi lado ofreciéndome una limonada. Bebió un trago, y contemplando lo que le quedaba me habló:

-¿Otra vez pensando en él?-

-¿Cuándo he dejado de hacerlo?- le dije mientras le observaba.

-Ya…- dijo sonriendo- aún así creo que esta fiesta te ayudará a olvidarle por unos momentos, únete a nosotros…

-Se que me quiere y que se lo está pasando genial con sus amigos…-hice una breve pausa -sin embargo me gustaría unirme a ellos, sabes lo que hacen conmigo, eres en el único en el cual puedo confiar y lo sabes… -esto último creo que lo pensé ya que notaba como Cintia, otra prima se acercaba a mí, bebí lentamente del vaso mientras pensaba en lo último que había pensado, Víctor se fue a por otro vaso cuando Cintia me quitó el mío para terminárselo por mí, me lo tiró al lado y se fue como si nada, sin embargo ignorándola miraba al frente, observando las olas y sin contemplar nada en especial. Me sentía pegada a la roca, como si me estuviese agarrando por los pies y por las caderas y no me dejase marchar, tampoco quería irme, sentía que la vida en ese momento para mí era eterna…

Pocas veces he ido a esas rocas y me he quedado más de 20 minutos, sin embargo creo que ya llevaba allí sentada una media hora, y sobre las 10 de la noche encendieron las linternas por que no se veía nada, la luna llena estaba a mi izquierda redonda y más grande que nunca, me encantó esa noche, recuerdo haber deseado quedarme allí para siempre, desear que el sol no volviese a salir más. Por mis pies pasó un pequeño cangrejo, y a mis pies saltó algún que otro pez, sin embargo no me inmuté lo más mínimo. A los pocos minutos mis tías y mi madre vinieron a obligarme a que me fuese con los demás, que no querían que estuviese allí sola, la verdad pasé de ellas, no les hice el menor caso, lo único que les dije es que si se podían apartar de delante que me tapaban la más bonita vista que en mi mortalidad vería; a lo que desconcertadas se fueron sin más, de nuevo sola, de nuevo feliz, pensé en lo último que había dicho, sonreí por lo que acababa de decir para mí misma, de repente mi tío junto a mis otros tíos mi padre y mi abuelo, que ya se habían puesto a pescar abajo, en la playa empezaron a gritar que ya habían cogido algo.

Habían cogido un pez, pero ni siquiera me giré, solo contemplé de reojo como los pequeños brincaban alrededor, y como todos iban a ver el primer pez de una larga noche, también vi como mi primo me observaba, esperando a que bajase con ellos, pero no lo hice; pasaban las horas y con ellas la marea continuaba subiendo, tuve que subir un par de rocas más, ya que el agua helada tocaba mis pies. De pronto mi mirada se fijó en un faro que había arriba, sobre una colina próxima a la playa, mi mente se llenó por completo de imágenes, de una mujer solitaria, que harta de la vida un día decidió acabar con su sufrimiento tirándose desde el faro para convertirse en… un ser inmortal...

aquí otro tozo ^^
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Alguien tocó mi hombro instintivamente me giré y asustada miré quien era, era mi hermana, me llevé la mano al pecho y suspiré profundamente.

-Mira al cielo…- señalaba arriba, justo en frente, donde llevaba toda la noche mirando, y de repente una estrella atravesó medio cielo como si se tratase de una flecha, dejando tras ella ese bonito camino que indica por unos segundos por donde a pasado; tras esa estrella pasó otra y luego otra… una inesperada lluvia de estrellas a lo que parecían ser las 4:30 de la madrugada, pensé en todas esas estrellas las cuales no perdía detalle, mis ojos se secaban ya que apenas parpadeaba, y por un instante desee que él también estuviese viendo esta belleza que nos acompañaba.

A las 6 de la mañana todos se fueron, y la luna desapareció para dar paso a lo parecía ser un buen día, y con la retirada de la luna la marea volvió a bajar de nuevo, a mis pies quedó un pequeño cangrejo dormido, miré a mi lado derecho y vi un gato negro, sus grandes ojos azules me cautivaron, la delicadeza que tenía al andar y sus gestos hicieron que me lo quedase mirando atentamente; mis padres llegaron momentos después y me dijeron que nos íbamos a casa, que recogiera y me fuese al coche.

Al llegar a mi casa entré directa a mi habitación y allí me dejé caer sobre la cama y me dormí…
Me levanté sobre las 5 de la tarde todos dormían aún, y al no poder volver a concebir el sueño me levanté me hice un vaso de leche y encendí la tele, con la esperanza de ver algo entretenido, estaban haciendo varias películas, pero dejé una que me llamó la atención, en los anuncios cortaron la publicidad y pusieron una cinta que unos turistas habían grabado por la mañana en la playa, dijeron que estaban grabando un video familiar cuando cerca de un faro vieron a una niña salir eufórica de la puerta al balcón y se veía como intentaba apartar algo que la rodeaba, sin darse cuenta chocó contra la barandilla y cayó al vacío, añadieron que cuando fueron a ver a la niña estaba muerta, de cara al suelo y al girarla su rostro estaba deformado.

Cuando volvieron a emitir la película de pronto unas interferencias bloquearon el televisor, me quedé paralizada al ver de nuevo la mujer del faro que había visto también la noche anterior, aparecía en el balcón donde la niña se había suicidado y aparecía llorando, como si estuviese triste por su muerte, un maullido me hizo mirar a la puerta de cristal que da a la calle.


Se me ha olvidado mencionar que al ser verano y estar en vacaciones estaba en mí apartamento, se encontraba cerca de la playa y antes... solíamos ir a pescar allí con la familia...


Volviendo al tema del gato, observé que era, para mi sorpresa el gato de la noche anterior, con su pata delantera izquierda arañó el cristal, como si quisiese entrar, le abrí al puerta y con elegancia entró, dejó un pergamino doblado que llevaba en la boca a mis pies, y desapareció; ya podéis imaginar la cara que se me quedó cuando vi que el gato desaparecía cogí aún medio paralizada el papel del suelo y me senté en el sofá, lo contemplé y en mayúsculas ponía: “NO ABRIR HASTA QUE NO LLEGUE EL MOMENTO OPORTUNO” miré la tele, la mujer del faro me estaba mirando, bajó la mirada cuando vio la nota dijo:

-Ven… ven conmigo pequeña, puedo ofrecerte lo que siempre has deseado…- la mujer cerró los ojos dejando caer la última lágrima de sus ojos, y desaparecía mientras la película seguía adelante, más que nada porque, puesto que ya la había visto, estaba apunto de acabarse.
Me quedé mirando al televisor, como una estúpida, intentando comprender algo, mi hermana se levanto y me preguntó que qué me pasaba, la miré, pero no le dije nada, solo fui a mi habitación cogí unos calcetines y las deportivas, tenía que ir al faro, por suerte para mí no estaba muy lejos, y con suerte, es decir, si no me perdía por el laberinto de calles llegaría a las rocas en unos 15 minutos, donde luego solo sería subir la colina hacia el faro.

Mi hermana empezó a gritarme ya que no le hacía el menor caso, necesitaba respuestas, y algo me decía que allí era el único y el mejor sitio para encontrarlas. Salí corriendo por un camino subí una cuesta, luego giré a la izquierda, bajé hacia la playa, y en la segunda bocacalle giré hacia la derecha, seguí unos 5 minutos corriendo en esa dirección, hasta que por fin encontré el descampado de las rocas, después localicé el faro y subí, al llegar no había nada, el aire que venía de espaldas me ponía el pelo por la cara, y todavía veía menos; me hice una coleta.

El pergamino el cual llevaba en mis manos estaba arrugado por el sudor de mis manos lo apreté fuerte y se arrugó, me encontraba decepcionada, todo lo que había pasado no podía ser solo una coincidencia, debía ser algo más, miré abajo, todo lo que había subido y maldije aquello que me había llevado hasta tal extremo, y no había servido para nada, de repente una voz femenina me habló:

-¿Ya te das por vencida?

"No" pensé mientras me giraba y el gato el cual me encontré anoche y el cual había entrado en mi casa se aproximaba a mí.

-Hola otra vez, ¿qué haces aquí?-le dije agachándome para intentar cogerla.

-Esperarte Delthora, esperar a que vinieses…-me quedé de cuclillas extrañada y demasiado confusa para poder recapacitar. Al cabo de un rato conseguí poder abrir la boca y mencionar una frase.

-¿Hablas, cómo es posible?- me quedé paralizada al ver que ese gato me hablaba de nuevo, sin embargo no me producía temor.

-Delthora… necesitamos tu ayuda….

-¡Bastet! ¿Qué te hace pensar que es ella la que buscamos?- era una voz de mujer, sin embargo solo estábamos la gata y yo.

"¿Buscarme, para qué; y por qué se refieren a mí por Delthora, que es esto?"

La voz continuó hablando con la gata:

-Ya son muchas las chicas que han venido y ninguna era ella, no pronuncies ese nombre si no estás segura.

-Estoy más que segura que es ella, obsérvala bien y lo entenderás.

-Para mí es solo otra humana que va a morir, estoy harta de ver como se caen, hay demasiadas almas recorriendo este lugar esperando poder acabar con la elegida ya que por su culpa han muerto. Cuidado con lo que haces Bastet…

La gata me miró y me dijo que la siguiese, la voz fantasmal cesó de pronto, sin embargo algo me observaba, entramos en el faro y todo oscureció nada más entrar yo, miré al frente y algo se apoderó de mí, seguí caminando hasta que me coloqué en el centro del faro, comencé a decir algo en otro idioma, y una luz me rodeó, dos almas aparecieron frente a mí, una de un hombre y otra de una mujer, la mujer habló…

-Bastet, ha conseguido invocarnos y pocas personas logran eso, pero aún no puedes decir que sea ella…

-Mira su mano, ni siquiera ha abierto el pergamino para leer lo que pone, simplemente lo ha dicho.

Oía lo que decían, pero ni siquiera presté atención a lo que decían, miraba arriba algo me llamaba desde arriba, Bastet miró arriba para ver que sucedía, algo me observaba, bajó y se plantó frente a mí, el hombre apartó a la mujer y le dijo a Bastet que nos sacase de allí, sin embargo me quedé mirando, me aparté a un lado y allí contemplé la batalla entre el alma y aquel ser espeluznante que parecía dispuesto a derrotarnos a todos.